Orizaba, Ver.- Aunque temas como la inseguridad, las desapariciones y las fosas clandestinas son situaciones que quitan la tranquilidad a los ciudadanos, lo más doloroso es la inferencia de la sociedad y de quien tendría que dar una solución para estos asuntos, lamentó el obispo de la diócesis de Orizaba Eduardo Cervantes Merino.
En entrevista dijo que es lamentable que las personas no muestren empatía en situaciones como cuando una familia tiene a un integrante no localizado, sino más bien comportándose de una forma en donde incluso pretenden ignorar que existen estos problemas que lastiman y les cambian la vida a quienes los padecen.
Reconoció que este sigue siendo una situación recurrente y dolorosa, que lastima la integridad de la víctima y de la familia, «Pero lo más doloroso es la indiferencia de la sociedad y de quién tiene que ir resolviendo esos asuntos, a veces rayando hasta no sólo en la indiferencia, sino como ignorando que esas realidades están lacerando la vida familiar, social y todo lo que implica la sana convivencia de un país».
El religioso dijo que debido a que dentro de la Diócesis no se tiene un mecanismo de medición de números desaparecidos es difícil saber si este número ha aumentado en estas fechas, sin embargo, si han escuchado, sobre todo en las comunidades que se habla mucho de las fosas clandestinas y en este sentido es más dolorosa la sospecha, pues no se tiene acceso directamente a la verdad. Finalmente reiteró que es duro que las personas salgan a las calles, teniendo temor, “Las desapariciones causan un gran dolor y ahora nadie va con alegría por las calles, nadie camina con seguridad, yo en mi experiencia personal y lo que veo en algunos hermanos, es el miedo con que se vive en las calles”.